Mi madre ya nos preparaba este plato tan natural, tradicional y reconfortante. ¡Le bastaba unos ajos, pan, pimentón, agua y unos huevos y nos decía comer que entra en alma al cuerpo!

¡Yo aconsejo un buen plato de sopas de ajo como cena, con la primera cucharada de sopa ya metes el calor en el cuerpo y en estos días de frío y después de una jornada laboral se agradece mucho, espero la disfrutéis!

¡Se hacen muy rápidas y su elaboración es sencilla!

Ingredientes para 4 personas:

• 4 dientes de ajos.
• 4 huevos (1 por persona)
• 8 rebanadas de pan duro.
• 1 litro y medio de agua o caldo de carne.
• Sal y pimienta la gusto.
• 1 cucharada de pimentón dulce.
• 4 cucharadas de aceite de oliva.

Elaboración:

En una cazuela calentar el aceite en el fondo y añadir los ajos en láminas, saltear hasta que comiencen a coger color dorado (pero cuidado que no se nos quemen).

Cuando los ajos tengan un color miel tostado, añadir el pan cortado finamente y le daremos unas vueltas. Retirar la cazuela del fuego y espolvorear el pimentón, remover todo bien para que se mezclen los sabores. Volver a colocar la cazuela al fuego y rehogar todo durante 2-3 minutos más sin dejar de remover, agregar el agua o el caldo de carne y la sal, teniendo en cuenta que si utilizas caldo se necesita menos sal.

Cocer  a fuego moderado durante 15 minutos removiendo de vez en cuando, rompemos los huevos y los echamos a la sopa, suelo añadir un huevo por comensal, pero depende de cada uno, si queréis dos… a vuestro gusto.

Dejamos cuajar durante 2-3 minutos y servimos muy calientes.

¡Qué aproveche!