Erase una vez, así empiezan casi todos los cuentos, pero esta receta que hoy comparto no es un cuento es una realidad. Hace como 55 años, que ya ha llovido, no se conocían los minipimers, ni los robots de cocina, al menos en mi casa, y mi madre hacia la mayonesa de manera artesanal y lo recuerdo perfectamente, es más, veo el mortero, la fuente de porcelana donde ponía los huevos rellenos o la ensaladilla rusa, solo se hacia para celebraciones, no como ahora que se come durante todo el año y en cualquier momento.
Esta mañana he hablado con mi madre y hemos estado recordando esos momentos, que tiempos, hoy mi madre es bisabuela de aquí el nombre de la receta, pero lo que me gustaría, es que no se perdiera la receta y que sus nietos supieran como su abuela hacia una deliciosa y rica mayonesa artesana, sin minipimer, porque hoy es tan fácil ir al supermercado y comprar un bote.
Ingredientes:
- 2 huevos
- 250 ml. de aceite de oliva
- Sal
Elaboración:
Separar las yemas de las claras, reservar las claras y poner las yemas en el mortero con un pellizco de sal, ir removiendo y añadiendo poco a poco el aceite, veremos que se va ligando, continuar mezclando hasta acabar el aceite. Reservar.
Batir las claras en un bol con un pellizco de sal a punto de nieve. Añadir las yemas poco a poco y mezclar con movimientos envolventes hasta que esté todo bien integrado.
Tenemos lista una deliciosa mayonesa, que se parece más a una mousse que a otra cosa, para añadir a una ensaladilla rusa, unos huevos rellenos o para lo que queráis, la verdad es que no tiene nada que ver con la que tomamos habitualmente, aunque sea casera.
Espero os guste y seguro que a más de uno le recuerda su infancia, y como no podía ser de otra manera, esta receta se la dedico a mi madre.
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