Un plato que es todo un clásico en los menús de cualquier día festivo, aunque también la podemos preparar en cualquier otro momento del año.
Una receta muy sencilla que nos saldrá perfecta siempre y cuando cumplamos ciertas reglas de oro imprescindibles, debemos escoger una de carne de calidad y paciencia, ya que la preparación y el horneado requieren al menos 2 horas de nuestro tiempo.
Ingredientes:
- Medio lechazo
- Sal
- Agua
Elaboración:
Lo primero será precalentar el horno a una temperatura alta, unos 250º C. para que al meter el cordero no tenga que cocinarse partiendo de un entorno frío. Calor arriba y abajo.
Además vamos a poner una vasija o recipiente que aguante bien el calor del horno lleno de agua. Así vamos a conseguir humedad en el horno, que le irá genial al cordero.
Salar bien la carne por ambos lados y colocar en la bandeja del horno, con la parte interior para arriba, poner un poco de manteca en el agua, de este modo se evaporará más lentamente y no tendremos que reponerla.
Aunque sobresalga un poco no os preocupéis ya que durante el horneado menguará de tamaño.
Bajamos la temperatura del horno a 180 grados con calor arriba y abajo y hornear durante una hora y media o dos horas.Regar la carne con la salsa que se va formando en la bandeja. Los últimos 20 minutos de horneado dar la vuelta y colocar la parte exterior de la pieza hacia arriba. Así conseguiremos un cordero con una pinta impresionante.
Acompañar el cordero con una guarnición de lechuga, tomate y cebolla, una ensalada sencilla para refrescar. También la va fenomenal una ensalada de escarola con granada.
Yo añadí también unas patatas violeta asadas y quedo delicioso.
