
Esta receta la hemos rescatado del baúl de los recuerdos, y digo hemos, porque unos días atrás, uno de mis hermanos le preguntó a mi madre que si se acordaba de las judías blancas en ayuno que hacia cuando eramos pequeños, y tanto que se acordaba, menuda cabeza tiene la señora, además nos ha explicado que esté plato ella lo aprendió de nuestra abuela paterna, que lo hacia todos los viernes de cuaresma!
Es un plato muy sencillo y sano, y al no llevar carne, es apto para los vegetarianos.
Ingredientes:
- 1/2 kg. de judías blancas.
- 1 cabeza de ajos.
- 1 hoja de laurel.
- 5 cucharadas de aceite de oliva.
- 1 cucharada de vinagre.
- sal.
- Agua.
Elaboración:
Poner las judías en remojo la noche anterior.
Lavar las judías y poner en una cazuela con agua fría que las cubra, yo he utilizado agua mineral porque el agua de aquí es muy mala para cocer las legumbres, añadir la cabeza de ajos limpia y entera, el laurel, el aceite y el vinagre, todo en crudo.
Cocer a fuego lento durante unas dos horas, el tiempo dependerá un poco del tipo de judías, las tenéis que «asustar» tres veces durante la cocción, es decir, añadir un poquito de agua fría para romper la cocción.
Si veis que se quedan con poco agua añadir más y siempre que sea fría, yo añado la sal al final, porque dicen que así no se despellejan, cuando pongáis la sal dejar cocer 5 minutos más.
Están buenísimas y espero os gusten!