La receta de hoy es la más clásica dentro de la gran variedad que hay  dentro del mundo de la «quiche», y como no, la tenían que haber inventado los franceses.

Es un plato, muy fácil de preparar y con sustancia, que además gusta mucho a todo el mundo, por lo que  os animo a que lo hagáis en vuestra casa y si se acompaña con una ensalada ya está la cena perfecta.

Ingredientes:

• 1 lámina de masa brisa redonda.
• 200 gramos de bacon ahumado.
• 200 gr. de queso gruyere, rallado.
• 200 ml. de nata líquida.
• 100 ml. de leche.
• 4 huevos grandes.
•  1 cebolla
• 2 cucharadas de aceite de oliva.
• Sal.
• Pimienta.
• Nuez moscada.

Elaboración:

Precalentar el horno a 180 °C, por arriba y abajo.

Colocar la masa en el molde, pinchar el fondo con un tenedor.

En una sartén freír la cebolla hasta que esté pochada. Reservar.

En el mismo aceite de hacer la cebolla, freír el bacon a dados o tiras finas. Reservar.

Batir en un bol los huevos y añadir la nata, la leche, salpimentar y poner una pizca de nuez moscada.

Colocar en el fondo del molde con la masa brisa, la cebolla, el bacon y encima el queso rallado, cubrir con la mezcla de los huevos y la leche y meter en el horno a 180 grados durante 30-40 minutos, hasta que este cuajado.

Se puede tomar templada o fría, y está muy rica.

SONRÍE, después buscamos el motivo.